Durante mucho tiempo, la cosmetología se ocupó principalmente de la piel. Por lo general, no penetraban profundamente en el rostro, en las capas más internas de la piel. Sin embargo, hoy sabemos que el proceso de envejecimiento se puede revertir si:

comprendemos toda la estructura anatómica;

palpamos todas las estructuras;

comprendemos cómo cambian con el tiempo y cómo esto se refleja en el rostro;

En nuestros tratamientos tenemos un enfoque integral de la estética y por ejemplo, entendemos que son necesarios cambios estructurales para mejorar una papada, unas patas de gallo o unas mejillas caídas.